Francis Fukuyama elabora dos hipótesis sobre el futuro, sobre el futuro social, político y económico de la civilización actual. Estas dos hipótesis se basan en dos libros de literatura escritos hace mas de un siglo. Uno es de George Orwell, titulada "1984" y el otro es de Adolf Huxley, "Un mundo feliz". Dos textos que le sirven de apoyo para analizar posibles escenarios en el futuro y a la vez para hacer un diagnóstico del presente.
De Un mundo feliz extrae el impacto de la biotecnología, esto es la posibilidad de control de la naturaleza humana por medio de sustancias químicas, la posibilidad del control genético como medio para controlar la conducta. De 1984 tomará el impacto de la tecnología de la información, que es el control de la conducta y de la subjetividad a través de la información.
Son cuestiones de suma actualidad que no se puede evitar de ningún modo. Por un lado tenemos el papel de la ciencia y la técnica aplicada a la psicofarmacología por ejemplo. Y por el otro el papel de los medios de comunicación, la revolución de las comunicaciones a través de Internet, la proliferación de la imagen y la infinidad de pantallas como elementos que han transformado la existencia y la vida humana. Digo que no se la puede evitar porque en general estos temas están ausentes en muchos debates y planteos que se realizan cuando en realidad deberían ser siempre un punto de partida teórico.
Como dice el autor de El fin del hombre esto constituye una revolución tecnológica cuyas consecuencias son los avances de la neurofarmacología, de la investigación de las células madres y la manipulación de embriones para optimizar la naturaleza de los futuros hijos. El autor se pregunta lo siguiente: "¿Qué será de los derechos políticos cuando de verdad seamos capaces de producir unos individuos con sillas de montar en las espaldas y otros con botas y espuelas?". Podríamos responder que desconocemos si las biotecnologías han logrado esto, desconocemos si algunos nacen esclavos por deficiencias genéticas o cerebrales. Mas bien esto nos parece algo de lo que hay que desconfiar, sospechar y analizar. Porque se constata que esta forma de concebir la vida humana, donde algunos sujetos por ejemplo "nacen pobres" y otros nacen líderes, esta manera de entender la subjetividad tiene cada vez mas adherentes.
Con respecto a Un mundo feliz, es el problema que muchos han empezado a advertir de la medicalización masiva de la población. En un tiempo fue por la depresión, luego el trastorno bipolar y últimamente a los niños. Las consecuencias subjetivas y físicas a futuro de la ingesta prolongada de psicofármacos felices que preveía Huxley no están calculadas aun. Con respecto a 1984 de Orwell podemos pensarlo en términos del imperio de las imágenes y pantallas, tecnologías que han transformado la naturaleza humana.
Qué podemos decir de estas dos cuestiones de fundamental trascendencia. Podemos pensar que en ambas novelas está implícita un modelo de sujetos y de la vida humana donde no hay lugar para la dimensión de la "pérdida". Cuando Lacan piensa las estructuras que preexisten al sujeto, piensa la estructura del lenguaje por ejemplo, cuya constitución está atravesada por una pérdida, algo que se escapa, un resto insoluble, el resto pulsional del que hablaba Freud. En las estructuras que Fukuyama propone como modelo de las democracias modernas, que para él constituyen la superación del autoritarismo socialista y comunista, no hay lugar para ese resto pulsional, por lo tanto no hay lugar para la singularidad subjetiva. Me pregunto para terminar si Fukuyama cuando habla de las democracias modernas incluye bajo esta denominación a los golpes de estado financieros y a las invasiones militares que realiza su país.

