lunes, 12 de septiembre de 2016

Violencia

   Con respecto a la violencia les recomiendo los trabajos de Mario Elkin Rodriguez, psicoanalista de Colombia, que también analiza temas en relación a la adolescencia. Tiene además una pagina web con contenidos interesantes como entrevistas y clases de psicoanálisis. 

  Hay también un libro compilado por Mario Goldenberg titulado "Violencia en las escuelas".  

   Resulta interesante el análisis de Mario Elkin sobre la violencia contemporánea específicamente en Colombia, Medellín, de donde es oriundo. Algunos de sus planteos es que la adolescencia hoy es una adolescencia satanizada. Pasa en Medellín, y si lo trasladamos a nuestra región pasa exactamente lo mismo. Los jóvenes, si cometen delitos (y son de bajos recursos económicos) son choros, drogadictos, pungas, trapitos, no tienen ideales (aunque cuando los tienen son fanáticos). Eso sí, cuando son de las clases altas, son jóvenes con conflictos, que necesitan terapia o rehabilitación, hay que darle una segunda oportunidad porque se equivocó en sus acciones o está en crisis existencial. Lógica común de los análisis mediáticos.


   Mas allá de esto, considero necesario pensar la violencia como síntoma de un empuje pulsional, un empuje que no encuentra otro modo de elaborarse. Tengamos siempre presentes dos elementos para el abordaje de la violencia: - o el cuerpo - o lo simbólico. Es decir, en la relación con el otro, o se pone el cuerpo o se pone la palabra. Es la clásica relación entre pulsión y lenguaje. Por supuesto hay que ver caso por caso, pero a nivel teórico general podemos plantearlo de esta manera. 


   Por eso hay que insistir en la importancia a nivel social de sostener todos aquellos dispositivos donde esté presente lo simbólico, la palabra o el lenguaje. Lo simbólico no quiere decir solo el hablar o conversar (aunque esto a veces tiene un efecto incalculable). Lo simbólico quiere decir que los conflictos puedan ser de alguna forma elaborados y tramitados. 


   Esta es la propuesta que hay que hacer y sostener. Es lo que Freud plantea como lo pulsional de cada sujeto. Lo pulsional se la puede controlar, intimidar, amenazar y podríamos decir también medicar. Pero nada de esto la resuelve. Lo que la resuelve (nunca por completo) es a través de una tramitación posible. 


Francisco E. Ruiz