Vivimos en una
poca caracterizada por el imperativo a gozar y por el carácter frágil del poder
de la palabra. Los efectos de la época actual se constatan en los cuerpos:
imposibilidad de regular "las tensiones usuales de la vida", como
dice Lacan refiriéndose al goce.
Jacques Alain
Miller identifica el ascenso del goce a la civilización actual y sus
consecuencias en la subjetividad, dificultad de encontrar limites, referencias,
bordes, regulación. Ante esto nos preguntamos, qué pasa con los lazos sociales.
Eric Laurent
plantea a la civilización actual como un orden simbólico desarticulado, cuyas
ficciones que constituyen nuestro mundo se hallan frágiles. Hay como una
incertidumbre angustiante.
En un mundo con
menos referencias para orientarse, se necesitan más intentos de control:
controlar los comportamientos con cámaras de vigilancia, controlar los cuerpos
con psicofármacos, etc. Laurent llama a esto el "panóptico loco".
La violencia entonces
como efecto de la segregación que el mundo capitalista deja como consecuencia,
en su intento de homogenizar la subjetividad y de borrar la singularidad de los
sujetos.