que lo real inmediato.
Para lo real inmediato
tenía problemas, me tenía que concentrar.
Para lo asbtracto, era mi mundo".
Juan Saavedra
Por alguna razón los que viven en un lugar suelen destacar o resaltar a ciertos personajes que viven allí, o que estuvieron alguna vez que pero ya no están. Existen siempre en el recuerdo y en las conversaciones, sobre todo, frente a extranjeros o que vienen de otro lado.
Como si aquel que saliera de la rutina merecería ser recordado. Como que al recordarlo, ese personaje nos estaría mirando y diciéndonos "vos también tienes que hacerlo".
No falta también aquel que viene de afuera a cortar esa fascinación diciéndonos "eso lo copió de...". No importa.
Esos personajes andan muchas veces cerca nuestro, conviven con nosotros. Son como una especie de héroes, porque lo que hacen no lo hace cualquiera.
Recuerdo un texto de Freud que se llama Psicología del colegial, ahí plantea que los educadores o profesores vendrían a ser algo así como el sustituto de nuestro padre. Creo que algo de eso en nuestros héroes cercanos. El amor que alguna vez tuvimos a nuestro padre, en realidad el amor que le tendremos siempre, lo volveríamos a encontrar en estos héroes actuales. Ese padre todo poderoso, amado, figura de protección idealizado, es ahora nuestro héroe bailarín, artista, político o quien fuere. Es nuestra "herencia afectiva".
Cito a Freud: "... de todas las imágenes de la infancia, por lo general extinguidas ya en la memoria, ninguna tiene para el adolescente y para el hombre mayor importancia que la del padre".
A la vez esos mismos héroes a quienes admiramos, cuando hablan de su propia vida, relatan que han tomado de sus propios padres algunas cuestiones que lo marcaron. Una escena, un gesto, una frase. A veces no es su padre, sino su madre la que quedó en el recuerdo.
Hay otra cuestión también que me parece que se repite en relación a estas figuras, héroes cercanos. Es la necesidad de abstraerse de la realidad, no se si es la mejor palabra la de "abstraerse". Podríamos decir "evadirse" de la realidad, pero tampoco creo que sea la mejor. Traigo otra vez a Freud porque él habla en El poeta y los sueños diurnos, que el artista, como el niño, se crea un mundo propio. Abstracción y evasión quizás, pero lo fundamental es la creación. Situando la cosas de su mundo en un orden nuevo.
Quizás hay algo de la sublimación, cuando Lacan dice "elevar el objeto a la dignidad de la Cosa". Transformar la tierra en donde vivíamos, decía alguien por ahí, en algo bello.
Si lo copió de algún lado, no importa. Inventar, dice J.A-Miller, siempre es crear a partir de materiales existentes.
