jueves, 27 de enero de 2022

El obsesivo y la destrucción del Otro

El obsesivo y la destrucción del Otro.

"...si hay un rasgo constante del obsesivo, es odiar los signos del deseo." Este pasaje de Jacques Alain Miller se relaciona con la cuestión del deseo en psicoanálisis.  Desde los primeros casos de Freud, desde antes de establecer el psicoanálisis, el tema del deseo está presente en los historiales clínicos de las pacientes histéricas, Anna O, Miss Lucy, Elizabeth, Catalina. Años después será el Caso Dora, que Lacan lo ubica como paradigma de la histeria. La relación conflictiva con el propio deseo y con el deseo del Otro. La imposibilidad de reconocer el propio deseo, el conflicto y la incompatibilidad, que señala Freud frecuentemente, entre el deseo y lo que tolera el yo de ese deseo, es quizás lo que lleva a Lacan a decir que el psicoanálisis es una "erotología". El odio a los signos del deseo, este odio que habita en el obsesivo, está vinculado también al odio a la mujer, como bien señala JAM, y también con lo que Freud dice del horror a lo femenino. Recuerdo dos películas que tienen argumento similar y donde refleja la cuestión del deseo, hacer esperar a la mujer, huir del amor, dedicarse en la vida solo a cumplir las obligaciones, y, algo que está presente en el caso paradigmático de la obsesión El hombre de las ratas, la imposibilidad de decidir. Una con Anthony Hopkins y Emma Thompson "Lo que queda del día" y la otra es con Kate Winslet y Ralph Fiennes "El lector"

En este sentido se puede pensar cuando Lacan en relación al obsesivo habla de la "destrucción del deseo del Otro", esto es, la destrucción del lugar del deseo.

Francisco Ruiz 


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